viernes, 1 de octubre de 2010

Síndrome de Actriz Secundaria

Ayer leyendo el Blog de mi Sifu, encontré una interesante entrada sobre el Mito de Sísifo, condenado a subir una piedra hasta lo alto de una cima con el único fin de dejarla caer para comenzar de nuevo su tarea, os dejo el enlace:
http://filosofiacorporal.blogspot.com/2010_06_01_archive.html

Esta curiosa e interesante reflexión me recordó algo sobre lo que hacía tiempo no pensaba: el Síndrome de Actriz Secundaria.



Todas las personas somos protagonistas únicos y exclusivos de nuestra propia vida.


Sin embargo no todos participamos en exáctamente la misma película a pesar de compartir escena y escenario. Algunos hacen de su vida un espectáculo de luz y color propio de farándula parisienne, otros prefieren verlo todo desde la mágia de una comedia romántica, y otros vivir una auténtica tragedia griega.

Pero lo que es común a todos nosotros es que somos constantes en el género en que nos movemos y pocas veces somos capaces de ver las otras alternativas que cohabitan a nuestro alrededor, y que forman parte de la gran película de la historia.

Cuando estaba en la Uni, llegué a una conclusión o teoría (y os juro que no influida por sustancia psicotrópica alguna) observando a dos amigas.

Con ambas me llevaba fenomenal, sin embargo entre ellas no se aguantaban, eran como dos leonas peleando por ser las reinas de la manada.

A pesar de paracerse más de lo que eran conscientes, y ser cada una en su individualidad personas fantásticas, no podían compartir escenario, ni con ello darse la oportunidad de conocerse. Sin embargo conmigo no tenían problema.

Entonces observé un poco más a mi alrededor y me dí cuenta de que en mi cuadrilla la persona con la que mejor me llevaba tampoco era 100x100 tolerada por otras del grupo y viceversa, siempre había una constante lucha de poder.

Y aunque os parezca curioso descubrí mi papel en la historia que transciende sobre el resto: era una Actriz Secundaria (o de Reparto en términos más Oscarizados).

Independientemente de que para mi misma fuera protagonista de mi tragicomedia personal, había encontrado mi lugar en la historia común, y lo cierto es que no me incomodaba.

Cuando lo comenté con otros amigos, no me entendían, lo veían como algo triste, como si me minusvalorara por ello, incluso durante un tiempo puede que intentara autoconvencerme de que necesitaba ese protagonismo beligerante.

Pero en este momento que vuelvo a reflexionar sobre ello pienso que no es así, simplemente elegía otra opción distinta y nueva.

A diferencia que otras personas no necesitaba encontrarme en todo momento bajo un constante brillo de estrella de hollywood de años veinte en esa lucha por el reconocimeinto a toda una carrera; aunque reconozco que ello en ocasiones me vuelve invisible para muchos.

Pero al mismo tiempo me resulta suficiente y reconfortante saber que a mi manera formo parte del cuento y que mi papel aunque pequeño puede ser importante para dar sentido al menos a la historia de otra persona.

un abrazo

1 comentario:

  1. Que post más bonito Chess. Sincero y profundo... Siento no haberte entendido cuando hablamos aquella tarde.

    Un besito.

    ResponderEliminar